10 propósitos del docente para año nuevo

No hay nada más clásico que los propósitos de año nuevo, el año viejo se va y con ello nos queremos desasear de aquellos vicios, conductas inadecuadas o aspectos que nos desagradan de nuestro físico y mentalidad, en pocas palabras queremos renovarnos en su totalidad y sentirnos como recién salidos del empaque. Plantearnos propósitos una práctica que realiza la mayoría de las personas lo digamos o no, sin embargo son muy pocos quienes llegan a cumplir todos esos nuevos proyectos tan ambiciosos, quienes los empiezan y observan malos resultados se frustran y no los concluyen o quienes son invadidos por los malos hábitos desde el inicio y no son capaces ni siquiera de empezar los cambios en su vida.

Los beneficios percibidos de los cambios de conducta y la autoeficiencia percibida, es decir, la valoración de nuestra capacidad para hacer cambios nuestra vida, van de la mano con la motivación y la intención de producir dichas modificaciones. Un ejemplo clásico de ello son gimnasios en los primeros meses del nuevo año, todo mundo tiene intenciones de inscribirse porque hay una gran motivación, con el paso de las semana muchas personas se van saliendo pues no ven resultados, no se creen capaces de aguantar más tiempo con ese ritmo y dudan de alcanzar buenos resultados, al contrario de ellos quienes confían en sus capacidades y  recuerdan constantemente el motivo que los llevó a ello es muy probable que lleguen a cumplir sus mentas.

No se trata de crearnos grandes expectativas y alejarnos de piso, hay que plantearnos propósitos que sean adecuados a nuestra fuerza de voluntad para implantar cambios, quienes somos muy propensos a caer en la misma rutinas de siempre es mejor proponernos micropropósitos fáciles de lograr, pues así no caeremos en frustración sino en mayor motivación. Un gran logro es la suma de pequeñas victorias.

Aquí les dejo mi repertorio de los 10 propósitos que debe tener un docente para año nuevo.

• Amara a nuestros estudiantes. «Jamás me cansaré de repetirlo: el primer deber de los maestros es amar a sus alumnos y alumnas» (Jaume Cela). Quien aplique este principio podrá conocer las necesidades de su grupo.

• La planeación didáctica de la clases un nuestra principal herramienta, nunca puede faltar. Cambiemos la idea que la planeación como documento administrativo, hay que considerarla nuestra base fundamental para conseguir los propósitos educativos. En la educación no cabe la improvisación pues se debe planear para las contingencias, incluso las situaciones imposibles de suceder.

• Los maestros o maestras de la escuela no son mi competencia profesional sino grandes colaboradores. Hay que cambiar esa idea de la envidia profesional por la del trabajo colegiado y cooperativo, no hay que tener pena por pedir apoyo o sugerencias pues nosotros también tenemos algo que podemos brindar a otros.

• El libro de texto no nuestro único recurso. El mejor recurso educativo es que se adecue a las necesidades del estudiante, de la naturaleza del contenido y del contexto cultural, no hay que encasillarnos en un único material.

• Los papás y las mamás no son agentes extornos al aula ni muchos menos nuestros enemigos. Hay que inmiscuir a los padres dentro del salón tanto física como mentalmente, así en lugar de juzgar nuestro trabajo estarán gustosos de colaborar en él.

• Autoevaluarme: Ser más profesional requiere valorar mi desempeño, qué he hecho, qué he dejado de hacer, qué me falta. Puede resultar el propósito más complicado peo el que mejor oportunidad de crecimiento nos puede dar, habrá que descubrir nuestros defectos y potenciar nuestras competencias.

• Escribe tu experiencia. Imagínese la cantidad de estrategias, materiales, dinámicas que tendríamos a la mano si los docentes compartieran algo de su creatividad, tener las ideas archivadas no sirve de nada, el conocimiento que se comparte es generador de más conocimiento. Publica tu diario del profesor con tu colegas o porque no, crear un blog y cuenta tus experiencias.

• Enorgullécete  de ser docente. Es un hecho que el profesor en la sociedad ha perdido valor, de ser una de las profesiones más respetadas es vista ahora como un oficio que puede realizar cualquiera. Algo de pedantería profesional no caería nada mal, presumir algo que lo demás no conocen, el proceso de enseñanza y aprendozake (Vidiella, Z.), decir de lo complicado que es ser profesor, de todo lo que hay que saber, de las angustias que hay que padecer, se trata de hablar con una jerga pedagógica que obviamente sea un reflejo de lo bien que se trabaja en las aulas.

• Usar TIC en mis clases. Por fortuna nos ha tocado vivir en una era de la evolución tecnológica, la cual es muy útil si sabemos aprovechar para potenciar los aprendizajes de nuestros estudiantes. La tecnología es frágil y compleja cuando la vemos desde lejos, pero cuando la empezamos a explorarla aunque no sepamos nada nos damos cuenta de su funcionalidad y sencillez.

• Usar Software Libre: La función de la escuela es formar un sociedad fuerte, pensante, libre y para ello se debe auxiliar de software de sus misma naturaleza, que promueva la solidaridad. Evitemos el uso de software privativos en las escuelas que generan es dependencia.

Que otros propósitos tendríamos que proponernos, esperamos sus comentarios.