La familia es el primer grupo social con que el niño interactúa el infante, gran parte de su hábitos son desarrollados a partir de ésta, por tanto juega un papel único en la formación. A pesar de ello parece que la familia ha sido relegada por los maestros y la escuela, incluso por las mismas familiar al caer en una zona de confort y de declinación de responsabilidad. La tarea de formar individuos íntegros es un labor compleja y por ello la escuela no puede hacerlo si no hay un fuerte respaldo de las familiar, pero para ello la escuela debe saber cómo incluir a los padres en la formación académica de sus hijos, se trata de trabajar en conjunto en beneficio de los niños y las niñas.
Experiencia y apoyo de los padres
Cuando hablamos de los agentes participantes en la educación y formación de los estudiantes generalmente nos enfocamos en las figuras del docente como en los estudiantes, sin embargo, a pesar que en la traición cultural el docente tiene la mayor responsabilidad sobre el aprendizaje de estudiante, en realidad existen otros personajes que influyen directamente en el aprovechamiento académico de sus hijos, por supuesto estamos a hablando de los padres, madreo o incluso tutores de los niños y las niñas.
La responsabilidad en la crianza y formación de los hijos es fundamental pues ellos brindar las principales bases sobres las que se apoyará el niño en otros contextos, su influencia determina todos los ámbitos del desarrollo humano no sólo en la infancia, incluso mucha antes de su nacimiento con los cuidado prenatales. La educación familiar en la actualidad ha tomando una nueva conceptualización en la mayoría de los hogares pues ahora la familia no sólo es la encargada de brindar protección física, sino también abarca dimensiones más profundas como es la educación en valores y la encargada de satisfacer las necesidades afectivas del niño.
La educación familiar y la educación formal parasen estar separadas, la primera sólo encargada de cuestiones conductuales y afectivas, la segunda encargada de brindar los conocimiento científicos, pero esta visión sólo encaja dentro de la visión tradicional de la educación, ya que al considerar la familia y la escuela como entornos ajenos en la educación de los niños sólo provocan una educación parcial y no formativa.
Quienes nos enfrentamos a la tarea de enseñar en educación básica, es muy probable que nos enfrentemos a esta cultura donde los padres y escuela actúan sobre los niños como agentes sin ninguna relación más que aquella en la que los padres depositan toda la responsabilidad en los profesores para la educación de sus hijos.
Casos similares como el que describe Leticia Ramiro en “Experiencia y apoyo de padres de familia” puede tener dos lecturas en la relación entre docentes y padres de familia. La primera visión confirma la visión histórica de la relación padres-docentes, los primeros confieren absoluta responsabilidad sobre la educación de sus hijos, incluso dicha conceptualización de “educar” a sus hijos sobrepasa la idea de meros conocimientos conceptuales sino en verdad ven la responsabilidad del docente en inculcar aspectos de comportamiento, valores y moral. Ante esta responsabilidad el docente asume de roles sociales que sobrepasan su capacidad profesional, del ser profesionales dedicados a la enseñanza forma, le confieren una formación de la totalidad de desarrollo humano, o lo que puede ser peor un rol de cuidador o niñera mientras los padres están en su trabajo.
La segunda visión que se arranca del texto es la parte positiva, aquella posibilidad de la escuela de incluir a los padres en el proceso de formación formal de sus hijos, de la concientización de su importancia en la participación en la vida educativa de sus niños. Esto se convierte en la tarea más difícil a la que enfrenta a un docente, pues crear esa nueva cultura de la participación tendrá como primer objetivo la supresión del paradigma de los agentes de la educación docente-dicente a un complejo de mayor riqueza formativa como lo es docente-dicente-padres-comunidad.
Los salones como un espacio cerrado o como mejor lo caracterizaban como una caja negra, se ha caracterizado por aislarse de cualquier agente ajeno a éste, culpables de la misma situación han sido tanto padres de familia que no han reconocido su importancia en la educación formal de de sus hijos, como también los docentes han obstaculizado esta incorporación pues la presencia de los padres en los asuntos académicos de sus hijos les parece incomodarles, pues los consideran más que una ayuda un problema, como intrusos que nada tiene que aportar a las clases.
Este tipo de ideas que impera en algunos profesores es porque no han tenido un verdadero acercamiento con los padres, sabes que en la algunos casos dichos acercamiento es imposible por la misma actitud de los tutores, pero es un hecho que los nuevos modelos familiares han inculcan a los nuevos padres un papel activo en la educación de sus hijos.
La nueva escuela, implica nuevas competencias para la educación, Perrenoud (2004) propone dentro de las 10 nuevas competencias enseñar, informar e implicar a los padres, fomentar el debate, las propuestas y la valorización de función como padres. La tarea de los maestros y de la escuela han diseñar las estrategias para integrar a los padres y madres de familia al quehacer educativo, una forma de asignara responsabilidades y funciones, pues ante una nueva modalidad de trabajo nadie debe sentirse incomodo pues no se estaría cumpliendo el objetivo, es decir, la innovación en la interacción se daría por obligación y no por concientización.
Los grandes beneficiados de este trabajo en conjunto no son más que los niños y las niñas, pues tendrán a unos padres que estén comprometidos en su formación integral y un docente que se sentirá respaldado por la participación de los padres y sobre todo porque habrá una continuidad en el trabajo de lo que se ve en la escuela hacia la casa y de forma inversa.
Parte del texto cita a un maestro que dice “la labor docente es difícil, ya que las estrategias no son recetas de cocina (…), incluso las recetas de cocina influye mucho el sazón de la persona que la cocina (Ramiro, F., L. 2004, p. 21)” quién de los profesores no estuviera maravillado de conocer las estrategias que permitieran integrar por igual a todos los padres de familia, sin embargo como sabes en esta profesión nada es fácil, debemos enfrentarnos a muchos obstáculos y retos, uno de ellos es la interacción con los padres de familia.
En la formación docente nadie nos enseña cómo hay que interactuar con los padres de familia, hasta donde son sus alcances en la vida educativa formar y nuestros alcances en los asuntos familiares. A pesar de ellos dentro del marco educativos somos nosotros los docentes quienes debemos asumir la responsabilidad de integral a los padres a los procesos de aprendizaje de sus hijos, habrá quienes por iniciativa propia lo hagan con usos hijos, otros que por las insistencia que se haga no tendremos buenos resultados, no hay niños iguales como padres tampoco.
El trabajar con padres y observar los buenos resultados en los niños es la principal motivación que debe tener un maestro, trabajar en solitario podrá darnos resultados, pero trabajar en conjunto los podrá maximizar en todas las áreas del desarrollo.
Bibliografía:
Ramiro Fernández, L. (2004) “Experiencia y apoyo de padres de familia” en Ensayos sobre la formación inicial y la experiencia docente en la escuela primaria. México: SEP (Testimonio y experiencia de maestros) en prensa.
Perrenoud, Ph.(2004) Diez nuevas competencias para enseñar . Barcelona: Graó