La expresión oral es el medio que predomina en el ambiente áulico, tantos alumnos como docentes utilizan el lenguaje en los procesos de aprendizaje, pero ante la diversidad que existe en el aula alumnos que se capacidad comunicativa se ve limitada por aquello que se denomina disfluencia o tartamudez que es “interrupciones en la fluidez del habla de las personas, que se acompañan de tensión muscular, miedo y stress, las cuales son la expresión visible de la interacción de determinados factores biológicos, psicológicos y sociales”.
Estás interrupciones repeticiones del habla puedan darse a diferentes niveles, desde las difluencias del habla normales típicas del proceso de aprenderá hablar, la tartamudez leve con repeticiones de silabas o fonemas de manera frecuente y la tartamudez grave con prolongaciones de sonido y bloqueos frecuentes (cuadro comparativo de disfluencia y tartamudez).
En el salón de clase estos niños están expuestos a las burlas, humillación e incomprensión de los profesores como de los propios compañeros de clase, y si de por sí al niño le cuesta hablar, esto ambiente provocará tensión, nerviosismo y vergüenza que incrementarán sus problemas al momento de expresarse oralmente.
Es necesario que el docente adapte actitudes y las promueve a los niños para que el ambiente áulico no se convierta en una barrera más para los niños con disfluencia o con tartamudez. En esta entrada compartiremos con usted un libro que nos da sugerencias para relacionarnos comunicativamente con estos niños.
Algunos consejos para el docente:
• Saber escuchar al alumno sin darle prisa.
• Darle tiempo para hablar, para que pueda expresar cómodamente su mensaje.
• No interrumpirlo cuando habla ni dejar que él interrumpa a los demás. Respetar los turnos para hablar.
• Formularle preguntas una a una y sólo las necesarias.
• Modificar su propio lenguaje para no acelerar y evitar ritmos vertiginosos en la sala.
• Hablarle con frases cortas y con un lenguaje fácil, es decir, adecuado para su edad.
• No decirle: “para, vuelve a empezar”, “no te apures”, “habla despacio”. Este tipo de correcciones aumentan la tensión.
• Utilizar, simultáneamente la comunicación no verbal: acariciarlo, mirarlo, tocarlo, aceptarle juegos no verbales.
Descargar La Tartamudez. Guía para docentes