La asignatura de historia sin duda es el dolor de cabeza para muchos de nuestros, alumnos y alumnas, al igual que para nosotros. Al intentar volver dinámica la clases nos ponemos a pensar durante bastante tiempo, terminando por enfadarnos y volvemos a recurrir a las clásica actividades de cuestionarios, exposiciones y resúmenes (no es que sean malos, sino abusamos de ellos como recursos didácticos).Una actividad o estrategia para la enseñanza de la historia, es utilizar la cocina como recurso de trabajo, durante nuestra clase podemos hacer que los niños y las niñas mantengas sus “manitas ocupadas”. A continuación un pequeño ejemplo de cómo poder desarrollar la clase:
– Con dos o más días de anticipación organizaremos equipos dentro del grupo y a cada uno se le asignará una época histórica específica (Colonia, Independía, época prehispánica, época moderna etc.) o alguna cultura especifica oriental, islámica, griega, etc.
– Los equipos realizarán una investigación de los aspectos característicos de aquella época o cultura, así como sus costumbres culinarias, vestimenta, lengua, costumbres, personajes, hechos importantes.
– El profesor o profesora coordinara la exposición de cada grupo, los asesora en los temas o cualquier otro detalle importante que se adecuado para la exposición final.
– En forma grupal se organizarán las fechas, recorridas, reglas, y otros situaciones que se crean pertinentes.
– En la exposición final los alumnos mostrarán en fruto de su investigación, así también ofrecerán los platillos que hayan preparado. Durante la exposición pueden retomar los siguientes elementos a explicar:
Comida, ingredientes, modo de preparación (Modos de producción, economía)
Utensilios (Actividades económicas)
Vestimenta (Costumbres y tradiciones)
Personajes y Hechos importantes
Lenguaje
Religión
– Para finalizar se realizará un recuento de lo vivido en la muestra gastronómica, de forma grupal o algunas conclusiones de forma individual.
“A nadie le gusta verse obligado a hacer determinado trabajo, incluso si ese trabajo no le desagrada particularmente. Es la obligatoriedad lo que paraliza” Celestin Freinet