Libro de Texto Gratuito de 1988 SEGUNDO GRADO
Si alguna vez estudiaste en la escuela primaria en México durante la década de 1980, es muy probable que recuerdes los famosos Libros de Texto Gratuitos. Estos materiales educativos eran de vital importancia para nuestra formación académica, y uno de los más destacados fue el Libro de Texto Gratuito de 1988 para segundo grado. ¡Y no solo por su contenido educativo!
Este libro en particular era una colección integrada por tres títulos: «Mi libro de segundo de lecturas», «Mi libro de segundo (primera parte)» y «Mi libro de segundo (segunda parte)». Pero lo que realmente los hacía destacar eran las portadas, auténticas obras de arte en sí mismas.
La Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), consciente del impacto visual que podrían tener las portadas en los jóvenes estudiantes, decidió encargar a un numeroso grupo de reconocidos artistas la tarea de dar vida a estas obras de arte. Entre los destacados artistas que participaron se encontraban nombres como Gilberto Aceves Navarro, Arnold Belkin, Alberto Beltrán, Leonora Carrington, Rafael Cauduro, Arnaldo Coen, Rafael Coronel, Olga Costa, José Luis Cuevas, y otros talentosos creadores de renombre.
El resultado de esta colaboración fue una impresionante variedad de estilos artísticos que despertaban la curiosidad y el interés de los niños desde el primer contacto visual. Cada libro presentaba una portada única y cautivadora, que servía como un portal hacia el conocimiento y la imaginación.
Desde pinturas coloridas y vibrantes hasta ilustraciones surrealistas y abstractas, las portadas de estos libros eran una ventana al mundo del arte. Cada artista aportaba su visión personal, su estilo y su creatividad para enriquecer la experiencia de aprendizaje de los estudiantes.
Las portadas de estos libros no solo cumplían una función estética, sino que también buscaban despertar la curiosidad y el amor por el arte en los jóvenes lectores. Además, al exponer a los estudiantes a diferentes estilos artísticos, se fomentaba su aprecio por la diversidad cultural y se les invitaba a explorar su propia creatividad.
A día de hoy, aquellos que tuvimos la oportunidad de tener en nuestras manos estos libros de texto, recordamos con cariño las portadas que nos acompañaron durante nuestro aprendizaje. No solo representaban una fuente de conocimiento, sino que también nos transportaban a un mundo de colores y emociones, impulsando nuestra imaginación y nuestras ganas de aprender.
En conclusión, el Libro de Texto Gratuito de 1988 para segundo grado fue mucho más que un simple material educativo. Fue una colección de libros que nos introdujo al mundo del arte a través de sus portadas, una experiencia visual que nos permitió apreciar la belleza y la diversidad artística desde temprana edad. Sin duda, estos libros dejaron una huella imborrable en nuestra memoria y en nuestro amor por el conocimiento y la creatividad.
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Gracias por compartir, esas lecturas son oro molido