Los niños y el cambio de horario
Uno de las peores o la peor modificación que puede sufrir un persona es el cambio de horario, nuestro reloj biológico o nuestro ritmo circadiano llega a tener leves alteraciones o alteraciones severas que causan malestares en nuestro organismo y como consecuencia nos hacen pasar un mal rato.
Dolores de cabeza, insomnio, irritabilidad, sueño durante el día, falta de apetito son algunas de las consecuencias del desfase de tiempo, si bien las personas sanas tienen reacciones mínimas, los pequeños, los ancianos y las personas enfermas resienten mayor los cambios.
Para el caso de los niños y las niñas los efectos del cambio de horario se reflejan principalmente en el sueño, ya que los pequeños durante las noches aún su cuerpo se maneja con el horario anterior y no se duermen temprano, y al amanecer se despiertan una hora antes por lo que no logran tener un sueño completo y placentero, impidiendo así un rendimiento adecuado en clase.
Para evitar una situación hay que tomar medidas previas al cambio de horario y un poco después para ajustar con mayor rapidez el horario del cuerpo al horario de exterior.
Explícales el cambio de horario: aunque el concepto de tiempo es complejo para los niños y las niñas, siempre hay que explica el porqué del cambio de horario.
Adelanta o retrasa tu rutina cada 15 minutos: los cambios súbitos no es los más recomendado, para ellos es mejor empezando a hacer ajustes progresivos de cada rutina, dormir, comer, hacer ejercicio, de 15 en 15 minutos hasta llegar a la hora habitual pero con el nuevo horario.
Ayúdales a dormir: evita comidas pesadas, dulces o frescos antes de dormir, cierra las ventanas, retira celulares, tabletas o dispositivos que les quiten el sueño, mejor cuéntale historias o léela cuentos para que concilien el sueño rápidamente.
Evita las siestas por la tarde: dormir por la tarde, disminuye tu capacidad de sueño por la noche, seré mejor suspenderlas por un par de semanas en lo que el cuerpo se acostumbra a la rutina del nuevo horario.
