Oportunidades pedagógicas para patio lúdico
• Considerar las especies vegetales disponibles en su zona geográfica, intentando proveer de la mayor variedad de especies: cactáceas, florales, hierbas aromáticas, plantas que atraen insectos, con distintos tipos de hojas, vegetales comestibles, etc. De esa manera los cambios de estación favorecerán cambios evidentes en las especies vegetales del entorno.
• Considerar pequeños desniveles en la superficie del terreno que permitan a niños y niñas explorar con su propio cuerpo y con rodados acerca de fuerza de gravedad.
• Aprovechar la energía eólica para evidenciar el movimiento con remolinos, cintas, etc. y también para proveer experiencias con el sonido de campanas y otros elementos colgantes.
• Privilegiar la ocurrencia de efectos ópticos en base a la luz del sol y su movimiento diario, disponiendo de láminas de acrílico que creen una plaza de colores.
• Favorecer el juego simbólico con diversos elementos que sirvan para múltiples usos, por ejemplo, trocitos de madera liviana y sin astillas, que puedan transformarse en un caballo de palo o bastón, trozos de tela, algunos sombreros para
disfrazarse.
“Es imprescindible velar por espacios no estructurados en las instituciones educativas para facilitar la creatividad, tanto para los/las educandos como para los/las profesores/as”. Beatrice Ávalos D.
• Ofrecer algunas experiencias que permitan explorar con lupas el hábitat de insectos, flores, hongos etc., entre otras.
Estas oportunidades didácticas pueden ser tomadas como ideas evocadoras para que las educadoras, a través de la reconexión con lo lúdico y la observación de cada uno de sus niños y niñas, descubran en sus propios contextos y localidades cómo mediar de mejor manera ambientes de aprendizaje a través del juego. Las horas fueras de clase acompañadas de un patio lúdico también se convierten en tiempo de aprendizaje vivenciales para los niños y las niñas de la escuela.