Protocolo de Actuación ante un Desmayo en la Escuela: Guía Completa
Un desmayo repentino en el entorno escolar puede ser una situación alarmante. Sin embargo, saber cómo actuar de manera rápida y calmada es fundamental para garantizar la seguridad y el bienestar del estudiante. Este protocolo detalla los pasos a seguir si un alumno sufre un desmayo, basándose en pautas de primeros auxilios.
¿Qué es un Desmayo y Por Qué Ocurre?
Un desmayo, también conocido como síncope o lipotimia, es un mecanismo de defensa del cuerpo que se activa ante una disminución del flujo sanguíneo al cerebro. Generalmente, es de inicio rápido, corta duración y la recuperación suele ser espontánea y completa. No obstante, es posible que después del episodio la persona experimente cansancio, dolor de cabeza o malestar general durante algunas horas.
Existen dos clasificaciones principales:
Lipotimia o desmayo común: La persona siente que se va a desmayar y la recuperación es rápida.
Síncope: Implica una caída brusca y la recuperación puede tardar varios minutos. Este tipo podría estar relacionado con problemas cardíacos.
Las causas de un desmayo en el entorno escolar pueden ser variadas:
Ejercicio o esfuerzos físicos intensos.
Deshidratación.
Permanecer de pie por tiempo prolongado.
Calor excesivo, ya sea en el aula o por insolación.
Dolor intenso y repentino, como el menstrual o por un golpe.
Tos persistente, llanto intenso o un susto.
Ayuno prolongado o falta de sueño.
El inicio de un proceso infeccioso.
Protocolo de Acción: Pasos a Seguir ante un Desmayo
Ante un desmayo en la escuela, es crucial mantener la calma y seguir un orden de prioridades para atender la situación de manera eficaz.
Paso 1: Evaluación Inmediata y Seguridad
Evita la caída: Si es posible, sostén al estudiante para evitar que se golpee al caer. Pide ayuda para llevarlo a un lugar seguro donde pueda recostarse o sentarse.
Evalúa la situación: Verifica si el estudiante respira y toma su pulso.
Llama a emergencias si es necesario: Si la persona no recupera el conocimiento, llama inmediatamente a los servicios de emergencia. Evalúa si el alumno tiene alguna condición médica preexistente, como una enfermedad o discapacidad, que deba considerarse.
Paso 2: Comunicación y Primeros Auxilios
Avisa a los padres o tutores: Comunícate con ellos para que acudan a la escuela o al lugar que se les indique.
Posición de recuperación: Acuesta al estudiante y levanta ligeramente sus piernas; esto favorece el flujo sanguíneo y ayuda a una rápida recuperación. Si no es posible recostarlo, siéntalo y pídele que coloque la cabeza entre las rodillas.
No mediques: Evita por completo administrar medicamentos o remedios caseros.
Paso 3: Cuidados Durante la Recuperación
Reposo y observación: Mantén al estudiante en reposo y bajo observación mientras esperas a sus padres o al personal médico.
Levantarse gradualmente: Es común que al despertar quieran levantarse de inmediato. Indica que permanezca recostado por lo menos 15 minutos para evitar un nuevo mareo. Después, debe sentarse y esperar otros 15 a 20 minutos antes de ponerse de pie lentamente.
Indaga sobre síntomas: Pregúntale si comió antes de clases o si siente algún otro malestar como dolor de cabeza o de estómago.
Paso 4: Acciones Administrativas y de Seguimiento
Informa a tu superior inmediato: Notifica a la dirección o al responsable correspondiente sobre el incidente.
Protege la privacidad del estudiante: No permitas que se tomen fotografías o videos del suceso para no vulnerar al alumno.
Traslado a unidad médica: En caso de ser necesario, coordina el traslado a la unidad médica pública más cercana o a una privada, si así lo autorizan los padres.
Registro del suceso: Documenta el evento en la bitácora o formato de registro del centro escolar.
Seguimiento médico: Solicita a los padres o tutores que informen a la escuela sobre el diagnóstico y tratamiento médico recibido por el estudiante.