Principios del enfoque Evaluación para el Aprendizaje

Principios del enfoque Evaluación para el Aprendizaje

1.Las y los estudiantes deben percibir la relación que existe entre aquello que se supone que deben aprender, lo que se les enseña y lo que se les evalúa. Lo anterior se sintetiza en lo que se llama alineamiento constructivo, que establece que “Un buen sistema alinea la enseñanza y la evaluación con las actividades de aprendizaje establecidas en los objetivos de aprendizaje, de manera que todos los aspectos de este sistema están de acuerdo en apoyar el adecuado aprendizaje de los estudiantes” (Biggs, 2005, p. 29).

2. Las y los docentes necesitan explicitar los objetivos de aprendizaje a sus estudiantes, asegurándose de que los comprendan y obtengan retroalimentación específica y comprensible sobre la forma en que los están alcanzando durante el proceso (Ramsden, 2003).

3. Las evaluaciones formativas y sumativas deben estar alineadas con los objetivos de aprendizaje y no deben constituirse una en repetición de la otra, dado que responden a distintos sentidos.

4. La enseñanza debe vincularse constantemente con la evaluación, de manera que cualquier actividad de enseñanza sirva de base para la recolección de evidencia del aprendizaje logrado por los estudiantes, y la posterior emisión de juicios y toma de decisiones.

5. El aprendizaje es un proceso de creación de significado, en que se usa el conocimiento previo y la nueva información. Esto implica que la evaluación debe centrarse en que los estudiantes puedan evidenciar el proceso de elaboración de conocimiento nuevo, el que se debe articular con distintos elementos, especialmente con los objetivos de aprendizaje de la asignatura o carrera.

6. Las personas tienen distintas formas de aprender, por lo tanto, los estudiantes pueden manifestar de diversas maneras su aprendizaje. Esto requiere que exista una variedad de modalidades de evaluación, lo que además tiene una connotación importante para la validez y confiabilidad del proceso evaluativo, pues una mayor cantidad y variedad de información sobre los aprendizajes facilita elaborar juicios fundamentados sobre su calidad.

7. Se aprende mejor cuando se conoce la meta a la que se debe llegar y se cuenta con modelos a seguir. Este aspecto se relaciona con la comprensión de los aprendizajes que deben desarrollar los estudiantes a lo largo del curso y con la entrega de ejemplos concretos que muestren cómo se manifiesta este aprendizaje en la práctica.

8. Las y los estudiantes pueden producir trabajos excelentes solo cuando tienen la capacidad de monitorear la calidad de lo que hacen mientras lo hacen. Así, es clave que conozcan y comprendan los criterios de evaluación para que puedan desarrollar un concepto de excelencia y las habilidades necesarias para producir trabajos de excelencia (Sadler, 1983).

9. La autoevaluación y coevaluación se deben comprender como procesos que ayudan a los estudiantes a emitir juicios sobre lo que aprenden y cómo lo aprenden, en contraste con criterios de evaluación prestablecidos. Solo así pueden adquirir grados crecientes de autonomía.

10. Muchos estudiantes han aprendido en el sistema escolar y universitario que vale la pena desarrollar trabajos que sean evaluados por sus profesores solo si es con calificación. Sin embargo, se puede romper con esta costumbre enfatizando el valor formativo de la evaluación tanto para ellos como para los propios docentes.

Fuente | Global Humanitaria

11. La evaluación se utiliza para muchos fines, pero clásicamente se reconocen tres funciones: diagnóstica, formativa y sumativa. La que se refiere a objetivos diagnósticos se usa para explorar conocimientos previos, entre los cuales se cuentan las concepciones alternativas, los conocimientos deseables o prerrequisitos de aprendizaje (que son la base para la construcción del futuro aprendizaje), las actitudes, experiencias, lenguaje y estrategias de razonamiento (Sanmartí, 2008). La formativa tiene como función primordial mejorar el aprendizaje. Finalmente, el objetivo de la evaluación sumativa es conocer si el estudiante ha logrado ciertos productos de aprendizaje y, a partir de esta información, certificar dichos aprendizajes.

12. Los actuales planteamientos sobre evaluación señalan que los estudiantes pueden participar activamente en los procesos de evaluación, en la medida en que comprendan los criterios. Para ello, los docentes deben usar estrategias de comunicación, tales como respuestas modelo e indicaciones claras sobre cómo lograr con éxito sus tareas (Angelo y Cross, 1993; Ramsden, 2003; Collazos, Mendoza y Ochoa, 2007). Esta participación puede darse en diversas modalidades, tales como las discusiones sobre los métodos apropiados para evaluar y cómo se relacionan con los objetivos de aprendizaje; el diseño conjunto (entre profesores y estudiantes) de las preguntas de evaluación y la negociación de los criterios de evaluación, determinando diferentes niveles de desempeño (Ramsden, 2003).

13. Las instancias de evaluación que se presentan a los estudiantes deben ser iguales o parecidas a las que se presentarían en la vida real. Lastareas auténticas involucran retos y roles que los ayudan a ensayar las ambigüedades complejas del “juego” de la vida adulta y profesional (Wiggins, 1990). Por lo tanto, se trata de un conjunto de tareas que refleja la complejidad del mundo real, para lo que deben desarrollar habilidades como diseñar, organizar, discutir, aplicar, justificar y evaluar. De esta manera aprenden a aplicar el nuevo conocimiento, y cuándo aplicarlo de acuerdo a distintos contextos.

14. Se debe enfatizar a los estudiantes,tanto en la enseñanza como en la evaluación, que el éxito será logrado en la medida en que se demuestre la comprensión de lo realizado y no solo la memorización, reproducción o imitación de aquello. Por esta razón, se sugiere usar con cautela pruebas de opción múltiple, que generalmente evalúan la memorización y requieren que el estudiante solo seleccione una única respuesta correcta, sin tomar en consideración la fundamentación o la justificación de lo que respondió.

15. La retroalimentación se entiende como el trabajo que realiza el o la docente a partir de los resultados de la evaluación con la finalidad de ayudar a los estudiantes a reconocer sus errores y corregirlos. Debe estar dirigida al aprendizaje y ser coherente con los criterios de evaluación (Clarke, 2009; Black y Wiliam, 2009). No obstante, es ideal transitar desde la retroalimentación del profesor hacia la autorregulación del estudiante (Sadler, 1989).

16. El trabajo conjunto de los profesores enriquece los procesos de evaluación. Ejemplo de ello es emitir opiniones constructivas sobre los instrumentos que usa cada uno o acordar aprendizajes transversales para desarrollar en sus cursos (Angelo y Cross, 1993).

Fuente | Evaluación para el aprendizaje en Ciencias Naturales del Ministerio de Educación República de Chile (2013).

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