No sólo soy autista. También soy un niño, un adolescente, o un adulto. Comparto muchas cosas de los niños, adolescentes o adultos a los que llamáis «normales». Me gusta jugar y divertirme, quiero a mis padres y a las personas cercanas, me siento satisfecho cuando hago las cosas bien. Es más lo que compartimos que lo que nos separa. Ángel Rivière
Unos días de descanso a nadie la cae nada mal, y par que sigas disfrutando estos días les dejamos una recomendación fílmica relacionada con el mundo del autismo, una película de 1988 dirigida por Barry Levinson. Protagonizada por Dustin Hoffman y Tom Cruise en los papeles principales.
Una trama bastante sencilla en su narración pero que dentro de ella alberga diferentes mensajes explícitos y ocultos que dan pie a decenas de debates éticos, emocionales y profesionales. Charles Babbitt un comerciante de automóviles de lujo que no atraviesa por su mejor momento, recibe la noticia del fallecimiento de su padre mismo con quien no tuvo una buena relación. De regreso a casa se entera de la existencia de su hermano mayor Raymond Babbitt quien tiene autismo y ha estado internado durante casi toda su vida. Charles Babbitt decide “raptar” a su hermano en un intento de quedarse con la herencia de Raymond pero durante una días los sentimientos a su hermano se van volviendo nobles y de gran amor.
El mensaje oculto de Rain Man (en autismo diario)
Y en el pero está el quid de la cuestión. ¿Cuál es el mayor mensaje de esta película? Sencillamente la incapacidad de Raymond de vivir fuera de la institución en la que ha pasado prácticamente toda su vida. Raymond no sólo es un gran dependiente, ya que no es capaz de llevar a cabo de forma autónoma actividades básicas de la vida diaria. Toda su vida ha transcurrido en el interior de una institución. En este caso una institución de lujo por supuesto, donde ha sido muy bien atendido. Pero a pesar de todo, ha vivido una vida carcelaria, aunque fuese una cárcel de barrotes dorados. Al final de la película, Charles debe llevar de vuelta a su hermano a la institución donde pasó toda su vida, era la mejor decisión que Charles podía tomar. Ese es el mensaje que pocos son capaces de descubrir en la película. Y es que hasta hace relativamente poco ese era el modelo, no es cuestión de juzgarlo, sino de entenderlo para no repetirlo.
Es por eso tan importante trabajar por la plena inclusión social de las personas con autismo. Podemos tener a personas que de una forma u otra requerirán de un apoyo, pero hay apoyos y apoyos. Por ejemplo, cuando nos hacemos mayores y nos flaquean las fuerzas, también necesitaremos de alguien que nos ayude de una forma u otra, pero tendremos la oportunidad de decidir quien queremos que nos apoye, tendremos ese derecho a decidir, a elegir por nosotros mismos. Hacia ese modelo debemos de trabajar, aunque quizá, dentro de 20 años, alguien diga que estábamos equivocados, y posiblemente tenga razón. Pero estamos obligados a evolucionar, a mejorar la calidad de vida de las personas con autismo, ya que los que hoy son niños, el día de mañana serán hombres y mujeres adultos, algunos no requerirán de ningún tipo de ayuda, otros quizá sí. Pero prepararlos para que ellos formen parte de las decisiones que afectarán a sus vidas es nuestro trabajo hoy. Para que la institucionalización de la persona desaparezca, para que no sea necesario crear ciudades del autismo, para que sencillamente puedan vivir incluidos en una sociedad como ciudadanos que son.
Trabajamos por un futuro mejor, trabajamos para que el derecho a la autodeterminación de la persona exista y se respete.